La fertilidad y las relaciones sexuales son condiciones necesarias para la procreación y deben ser siempre una actividad ideal y planificada. Desgraciadamente, este no es el caso. Esto da lugar a embarazos no deseados, es decir, embarazos a destiempo, o embarazos de personas que ya no quieren tener hijos. ¿Por qué las mujeres se enfrentan a estos problemas en un momento en que pueden, al menos en teoría, regular sus funciones reproductivas?
La clínica de aborto CDMX nos ha inspirado a investigar la causa del por qué las mujeres y las parejas de América Latina quieren tener menos hijos, pero a la vez quieren llevar una vida sexual muy activa. Las encuestas demográficas y sanitarias llevadas a cabo en la ciudad de México en las últimas décadas han demostrado que el tamaño medio de las familias ha disminuido considerablemente en las últimas tres décadas, pasando de 6 hijos en 1960-1965 a 3 hijos en los primeros cinco años de la década de 1990.
Embarazo temprano
Las mujeres y las parejas que se quedan embarazadas sin planearlo se enfrentan a decisiones difíciles. Hay básicamente dos opciones.
- Intentar interrumpir el embarazo mediante un aborto, asumiendo todos los riesgos y consecuencias en una sociedad donde el aborto es ilegal.
- Continuar con el embarazo no deseado.
Todas estas decisiones afectan a la situación sanitaria, social y económica de la mujer, su pareja y su familia pero también afectan a la salud pública y al desarrollo.
Importancia de la salud sexual
Gracias a clínica ILE pudimos notar lo grave que son las consecuencias de los abortos que se realizan de forma clandestina y en condiciones poco claras, y a los que las mujeres recurren para evitar embarazos no deseados. Los embarazos no deseados también pueden ser perjudiciales para la salud de la madre y del niño, ya que son más frecuentes en mujeres en edad reproductiva tardía, cuando el riesgo es mayor. Los embarazos no deseados no sólo afectan al individuo, sino también a la sociedad en su conjunto.
Para que no ocurra este tipo de desgracias, es necesario visitar un especialista que nos guíe y ayude a disfrutar más de nuestra vida sexual.
Para muchas personas, ir al sexólogo es sinónimo de impotencia, pero acudir a un especialista puede ayudarle a descubrir nuevas sensaciones a través de la fantasía, el erotismo y las sensaciones, y a mantener el contacto con su pareja. Además de tomar las precauciones necesarias para que no tengas que pasar por situaciones deprimentes.
Orientación sexual y asistencia sanitaria
Tradicionalmente, las personas con problemas sexuales son remitidas a psicólogos y psiquiatras, que suelen abordar el problema desde un punto de vista psicológico. Si el problema es orgánico, las mujeres acuden al ginecólogo y los hombres al urólogo. Aunque los especialistas intentan proporcionar un tratamiento integral y ofrecer ayuda y derivación a otros especialistas, esto no siempre es fácil.
Los pacientes carecen de la confianza, la comprensión y la ética necesarias para hablar con los médicos sobre sus síntomas sexuales, y sin una relación eficaz entre médico y paciente en la atención primaria es difícil hablar de los verdaderos problemas.
Es muy importante que las personas acudan a un profesional para informarse ya que estos se centran principalmente en la educación sexual y el asesoramiento, que son terapias de apoyo que requieren formación y educación, utilizando los métodos que los clínicos consideren necesarios y con los que estén más familiarizados.
La terapia sexual y de pareja es muy compleja y completa, por lo que se recomienda que sea impartida por profesionales con conocimientos de terapia longitudinal y transversal. Los médicos deben recordar que más del 60% de las disfunciones sexuales están causadas por problemas orgánicos.
Por lo tanto, deben examinar y evaluar adecuadamente a sus pacientes. Otros factores como los problemas psicosociales, la falta de intimidad, la promiscuidad, el abuso sexual y las relaciones concomitantes también pueden influir en la respuesta sexual de una persona y deben ser tratados por un equipo multidisciplinar.
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